jueves, 20 de noviembre de 2008

HUIPIL


Los huipiles hablaban. Decían muchas cosas de las mujeres que los habían tejido. Hablaban de su tiempo, de su condición social, de su estado civil, de su conexión con el cosmos. Ponerse un huipil era toda una iniciación, al hacerlo una repetía diariamente el viaje interior hacia el exterior. Al meter la cabeza por el orificio del huipil, una transitaba entre el mundo de sueños que está reflejado en el bordado hacia la vida que aparece en cuanto una saca la cabeza. Ese despertar a la realidad es un acto ritual matutino que recuerda día a día el significado del nacimiento.
Los huipiles la mantienen a una con cabeza en el centro, cubierta por delante, por detrás y por los costados. Esta cruz que forma la tela bordada del huipil significa estar plantada en el centro del universo. Alumbrada por el sol y arropada por los cuatro vientos, los cuatro rumbos, los cuatro elementos.


Malinche, Laura Esquivel

No hay comentarios: